Cómo invocar un hechizo

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La magia es una fuerza poderosa, pero puede ser difícil de entender. Muchos hechiceros tienen problemas para entender cómo funciona la magia y por qué. Incluso algunos de los magos más sabios y poderosos tienen problemas para recordar cuándo usar un hechizo, y cómo. Para ayudarte, hemos recopilado algunos consejos prácticos sobre cómo puedes invocar un hechizo. Saber cuándo y cómo usar un hechizo puede ahorrarte tiempo a la larga, y ayudarte a enfocar tu magia para obtener mayores efectos. Si alguna vez no estás seguro de cómo lanzar un hechizo, recuerda que la clave está en el nombre: no necesitas saber cómo funciona la magia para lanzar un hechizo. Sólo tienes que encontrar la forma de canalizarlo y hacerlo tuyo.

Tu magia está en ti

No hace falta ser un poderoso mago para serlo. Cualquiera puede aprender a aprovechar el poder de la magia, con práctica y perseverancia. Tu capacidad para lanzar un hechizo depende enteramente de la cantidad de ti mismo que pongas en él. Cuando empieces a aprender a hacer hechizos, deberás recordar que la magia viene de dentro. Sí, necesitas sacar algo de energía y concentrar tu mente, pero estos son los mismos poderes que hacen funcionar tu cuerpo y te hacen ser quien eres. Todas tus habilidades provienen de tu corazón, tu mente y tu alma. Si aprovechas estas partes de ti mismo, puedes convertirte en lo que quieras.

Tómate un momento para conectarte a tierra

Tanto si estás lanzando un hechizo como si no, es importante mantener los pies en la tierra. Si estás corriendo como un loco, lanzando bolas de fuego o haciendo levitar tu escoba, no tendrás tiempo para pensar. Esto ralentiza tu mente y dificulta el flujo de la magia. Si te sientes abrumado, tómate un momento para conectarte a la tierra. Enfoca tu mente hacia el interior y deja que tus pies toquen la tierra. Mientras lo haces, puedes decir algunas palabras que te ayuden a conectarte a tierra, como “suelo”, “tierra”, “aire” o “cielo”. El acto de hablar en voz alta puede ayudarte a mantenerte concentrado y a involucrar tu mente y tu cuerpo simultáneamente.

No olvides el encanto

Por muy intenso que sea un hechizo, no servirá de nada si no lo encantas. Puedes encantar un hechizo de dos maneras. Primero, puedes añadir un pequeño extra para hacerlo más poderoso. En segundo lugar, puedes hacerlo más específico, para que tenga más posibilidades de funcionar y de golpear sólo al objetivo previsto. Cuando añadas más poder a un hechizo, piensa en ello como si estuvieras construyendo los cimientos. No quieres cambiar demasiado la magia, pero sí quieres hacerla más fuerte. Puedes hacerlo utilizando las mismas reglas básicas de la magia, pero con algunos giros adicionales. No puedes cambiar las reglas de la magia sin romperlas, así que no te pases con los símbolos y las palabras, o harás que el hechizo sea inestable. Pero puedes cambiar un poco las reglas sin romperlas, así que tu hechizo será más potente.

Saber cuándo usar qué

Cuando lanzas un hechizo, no estás usando sólo un poder, sino todos ellos. Puedes usarlos por separado, o puedes combinarlos para hacer algo nuevo. Intenta elegir hechizos que se complementen entre sí. Por ejemplo, si quieres ahuyentar a las plagas, puedes lanzar un hechizo que las haga sentir mal. Si, por el contrario, quieres atraer la cosecha, podrías lanzar un hechizo para asegurarte de que los cultivos se riegan. Esto te permite utilizar diferentes tipos de magia para lograr el mismo objetivo. También es bueno saber cuándo cambiar a una forma diferente de magia, dependiendo de las circunstancias.

No te exijas demasiado

Los magos tienen fama de ser arrogantes, y a veces incluso crueles. Sin embargo, verás que a medida que aprendas a hacer hechizos, tu confianza crecerá. A medida que aprendas a potenciar tu magia y a utilizarla cada vez mejor, te sentirás más en control. A medida que aprendas a lanzar hechizos cada vez más poderosos, te acostumbrarás a conectar con ellos y con el universo. Al principio, te parecerá que estás dirigiendo todo el espectáculo, pero aunque seas tú quien lo haga, no sentirás que estás al mando. A medida que lances hechizos cada vez más poderosos, aprenderás a relajarte y a dejar que la magia fluya, casi como si tuviera una mente propia. Esto no es arrogancia, es una señal de que estás aprendiendo a confiar en ti mismo y en tus propias habilidades.

No lo pienses demasiado

Hay muchas cosas en las que pensar cuando lanzas un hechizo, así que puede ser tentador analizar en exceso cada pequeño detalle. Pero en realidad, cuando lanzas un hechizo, no tienes que preocuparte de si lo estás haciendo bien, o incluso si lo estás haciendo. El universo decidirá si ha funcionado o no, y si no lo ha hecho, también puedes analizarlo. No tienes que pararte a cuestionar todas y cada una de las cosas que haces. En su lugar, siéntate y relájate, y deja que la magia fluya a través de ti. Estos consejos te ayudarán a hacer un hechizo, y también puedes usarlos para hacer hechizos más efectivamente, con menos estrés para ti.

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